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Haciendas en Mérida y Yucatán

Muy cerca de Mérida, capital del estado de Yucatán, se levantan antiguas y hermosas haciendas, testigos mudos del pasado en medio de grandes extensiones de selva. Durante la segunda mitad del siglo XIX, las haciendas de Yucatán constituyeron el principal régimen de explotación de la tierra, operando de manera prácticamente autónoma, bajo un sistema económico similar al feudalismo.

En ellas se elaboraban diversos productos agrícolas que servían primero para el sustento de la propia hacienda y sus habitantes, y después para su comercialización. En el segundo caso, las haciendas de Yucatán cultivaban principalmente henequén, una planta de la familia del agave, la cual se procesaba para obtener una fibra natural muy resistente y versátil. Esta fibra se usaba para fabricar productos tan diversos como bolsas, cuerdas, cordeles, hamacas, sogas, cables, etcétera.

El número de haciendas productoras de henequén se incrementó gracias al éxito de este material y a la enorme demanda que empezó a generar, al punto que tal industria llegó a ser el motor principal de la economía yucateca. Este auge económico se reflejó a su vez en el enriquecimiento de las haciendas, majestuosamente construidas y lujosamente decoradas.

Sin embargo, el éxito del henequén empezóa verse limitado tras la aparición de las fibras sintéticas, hasta entrar en un periodo de franco declive. Las haciendas, que habían sido prósperos y elegantes testigos de un exitoso periodo, entraron en un estado de inactividad y no recuperaron su esplendor sino hasta tiempos recientes.

En la actualidad, muchas de las haciendas se han convertido, después de minuciosas restauraciones, en lujosos y exclusivos hoteles, muchos de ellos conservando el estilo de la decoración y del mobiliario original. Otras son paradores turísticos, restaurantes o museos. Muchas de ellas conservan parte de la maquinaria que se utilizaba en las fábricas henequeneras -algunas aún producen fibras- y otras cuentan con sus propias capillas o iglesias, ubicadas por lo general en el corazón de cada hacienda.

La mayoría de las haciendas que se han convertido en hoteles poseen elegantes instalaciones, algunas tienen spas con tratamientos tradicionales, restaurantes gourmet de cocina regional y habitaciones únicas, todas diferentes entre sí. Al ser normalmente hoteles pequeños, pueden ser el refugio ideal para unas vacaciones privadas, estando alejado de todo lugar común. Elementos como el hierro forjado, amplias y frescas terrazas, refinadas piezas de arte y detalles de artesanía local, suelen formar parte de la decoración.

Con enormes y exuberantes jardines, hermosas construccioneshistóricas y fauna de la región, las haciendas de Yucatánconservan y permiten disfrutar una atmósfera privada y apacible. En ellas es posible vivir momentos increíbles de relajación y descanso, pasando una estancia única e inolvidable cerca de las riquezas arqueológicas, coloniales y naturales de la península de Yucatán.

Para reencontrarse con la familia, para renovarse física y espiritualmente, para tomar decisiones de negocios, para hacer o renovar votos o simplemente para disfrutar un momento de paz en un escenario de belleza natural insospechada, visite las haciendas de Mérida y Yucatán, un tesoro escondido que todos pueden descubrir.

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